En el marco del Día Internacional de Lucha contra el Cáncer de Mama, 19 de octubre, te recordamos la importancia de la autoexploración y de la revisión médica para prevenir y detectar a tiempo esta enfermedad.

Recuerda que en tus manos está la detección temprana, conocer tu cuerpo puede ser la gran diferencia para tu salud. Por eso ¡Tócate para que no te toque!

El Día Internacional de Lucha contra el Cáncer de Mama tiene el objetivo de crear conciencia y promover que cada vez más mujeres tengan acceso a servicios de salud y a controles, diagnósticos y tratamientos oportunos y efectivos frente a este padecimiento que constituye en México la primera causa de muerte por enfermedad de cáncer entre la población femenina de 25 años en adelante, mientras que en el mundo es la segunda causa de fallecimiento. 

¿A partir de qué edad y cuándo hay que hacerse la autoexploración?

De acuerdo a especialistas en salud femenina, es importante que se lleve a cabo una autoexploración de las mamas a partir de los 20 años, al menos una vez al mes y 7 días después de la menstruación. Si se te pasó la fecha que anotaste en tu calendario, se recomienda hacerse la exploración lo antes posible, lo importante es hacerlo periódicamente. 

Si ya no se tiene el periodo, es decir ya se experimentó la menopausia, la autoexploración se puede hacer en un día fijo de cada mes.

Especialistas señalan que aproximadamente el 18% de los casos de cáncer de mama se diagnostican cerca de los 40 años, y que el 77% de los diagnósticos de cáncer de mama se realizan a partir de los 50 años, después de los 75 años el riesgo disminuye notablemente.

No hay que perder de vista que las niñas y adolescentes también pueden presentar casos de cáncer de mama, aunque son muy poco frecuentes, en su mayoría dependen de los antecedentes familiares y su estado de salud general.

Guía para hacerse una autoexploración 

Conocer tus senos (forma, tamaño, color, textura y apariencia) es de vital importancia para tu salud, por ello no hay nada mejor que la autoexploración mensual; cualquier cambio por mínimo que sea, si se detecta, a tiempo puede salvarte la vida.

Observa: Colócate de pie frente a un espejo y observa tus senos en busca cambios en la forma, tamaño o superficie de la piel, especialmente bolitas, hundimientos, inflamación, enrojecimiento o ulceraciones, secreción que salga de los pezones o cambio en el tamaño de tus mamas. Asegúrate de no detectar ninguna anomalía a simple vista.

Este procedimiento deberás hacerlo con los brazos a los costados de tu cuerpo colocando  las manos detrás de la cabeza, los codos y hombros ligeramente hacia adelante y con las manos en la cintura.

Tócate: De igual forma, de pie frente al espejo o durante el baño, busca bolitas, zonas dolorosas, abultamientos o consistencia diferente al resto de la mama. Este procedimiento deberás hacerlo de la siguiente manera:

De pie, coloca tu mano derecha en la nuca y con la izquierda palpa el pecho derecho, desde arriba avanza tocando alrededor de la mama y luego en la parte del centro, haz pequeños movimientos en círculo hasta llegar hasta el pezón. Posteriormente, revisa toda la axila, presiona ligeramente para sentir bien toda la zona, asegúrate de que no sentir ningún bulto, bolita o anomalía. Al final aprieta el pezón para verificar si sale algún líquido o hay algún hundimiento, en caso de ser así requires atención médica de un especialista en ginecología y endocrinología. Repite la exploración en el pecho izquierdo, palpa de la misma manera.

Acostada sobre tu cama coloca una almohada pequeña o toalla enrollada debajo del hombro derecho y pon tu mano derecha en la nuca, con la mano izquierda revisa el seno derecho, igual que lo hiciste de pie haz pequeños movimientos en círculo hasta llegar hasta el pezón. Repite lo mismo para explorar el seno izquierdo.

Si detectas alguna anomalía, por más pequeña que sea, acude a tu médico para que te practiquen los exámenes necesarios que permitan identificar que tu salud no está en riesgo.

¿Cuándo acudir a exploración médica y realizarse la mastografía?

La recomendación para todas las mujeres es acudir a consulta ginecológica y realizarse estudios clínicos al menos una vez al año a partir de los 25 años, para detectar cualquier posible indicio de cáncer de mama de manera temprana.

También se recomienda realizarse la mastografía cada año en mujeres a partir de los 40 años, y en mujeres menores de 50 años con antecedentes familiares de cáncer de mama.

Síntomas del cáncer de mama

Los signos de advertencia del cáncer de mama pueden variar un poco en cada persona, aunque hay mujeres que no presentan ningún tipo de signo o síntomas hasta que la enfermedad ha avanzado de manera importante, por eso la importancia de revisarse periódicamente. 

• Algunas señales de advertencia del cáncer de mama son:
• Un bulto nuevo en la mama o la axila (debajo del brazo)
• Aumento del grosor o hinchazón de una parte de la mama
• Hundimiento en la piel que cubre la mama y el pezón o dolor en esa zona
• Enrojecimiento, hinchazón o descamación en la zona del pezón o la mama
• Secreción del pezón, que no sea leche, incluso de sangre.
• Hoyuelos en la piel de la mama, que parezcan la cáscara de naranja 
• Cualquier cambio en el tamaño o la forma de la mama
• Dolor en cualquier parte de la mama

De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), el cáncer de mama es una enfermedad que ocasiona que las células crezcan de manera anormal e incontrolada, en el tejido mamario.

Es una alteración que se puede presentar tanto en las mujeres como en los hombres, aunque el cáncer de mama masculino es menos frecuente. Por eso la autoexploración sigue siendo una método efectivo y esencial para detectar cualquier anomalía en el cuerpo y atenderla lo antes posible con un médico especialista. 

¿Cómo reducir el riesgo de cáncer de mama?

La Secretaría de Salud, el IMSS y el ISSSTE recomiendan llevar a cabo una serie de acciones para prevenir el riesgo de tener cáncer de mama:

• Practicar la lactancia materna por más de 12 meses
• Llevar una dieta rica en frutas y vegetales por su alto contenido de vitaminas, minerales, fibra y antioxidantes.
• Reducir al mínimo el consumo de grasas, azúcar y alcohol.
• Mantener un peso adecuado.
• Realizar actividad física al menos 30 minutos al día.
• Consultar a su médico sobre el uso de anticonceptivos orales