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Carlos Pellicer: ‘Simón Bolívar y el agua luminosa’

En el marco del aniversario del natalicio del poeta y político Carlos Pellicer Cámara, Capital 21 le rinde homenaje con un texto especial

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Con motivo del 125 aniversario del natalicio del escritor y poeta Carlos Pellicer Cámara, la Secretaría de Cultura del Gobierno de México le rinde homenaje en el Palacio de Bellas Artes a partir de las 10:00 horas de este domingo 16 de enero; la ceremonia se transmitirá en línea a través del perfil de Facebook de la Secretaría de Cultura (/SecretariaCulturaMX) y de las redes sociales del Gobierno de México.

Por su parte, el presidente Andrés Manuel López Obrador ofrecerá un mensaje especial en honor al también profesor, museógrafo y político mexicano originario de Tabasco, se difundirá como parte de este acto público.

Capital 21 le rinde homenaje a Carlos Pellicer con un texto especial que rememora sus andanzas y legado cultural, social, político y de magisterio.

El espejo de Eugenia: ‘Carlos Pellicer: Simón Bolívar y el agua luminosa’

Aquel hombre que celebraba la vida con palabras sueltas al viento, mensajes mojados, vocablos quemados, cumpliría el 16 de enero, ciento veinticinco años. Ni en valles de longevidad ni en el sacrosanto altar de los inmortales lo invocamos, sino en las manos de los proletarios, en el sudor de los trabajadores, en el Grupo Solidario del Movimiento Obrero, porque sus poemas de amor y de esperanza, sin fecha de caducidad, versos conmovedores y sonámbulos, permanecen en la memoria de Tabasco, de México y América.

Al festejar a las flores y entre ellas al lirio, no lo hizo rebuscando el aroma, sino la piel tostada y lustrosa del jardinero; no cantó al copón de la liturgia, sino al cáliz que seduce al portador del polen; no hizo del verdor el color de la calma, sino que allí, en el vergel de la historia, plasmó nuestro rostro diverso pintado por el tiempo y la sombra:

El pueblo mexicano tiene dos obsesiones:

el gusto por la muerte y el amor a las flores.

Antes de que nosotros habláramos “castilla”

hubo un día del mes consagrado a la muerte;

había extraña guerra que llamaron florida

y en sangre los altares chorreaban buena suerte.  

[1] Carlos Pellicer; Discurso por las flores

No ahondó en poesía críptica, por el contrario, enalteció su poética con aquella hermosa palabra y en desuso: civismo.  Sus ojos continentales descubrieron en Bogotá, ciudad en la que residió por dos años en plena juventud, a la figura que habría de poblar su concepto de justicia: Simón Bolívar. A su regreso a México, tras fundar,  junto a su amigo Germán Arciniegas, la Federación de Estudiantes de Bogotá, editó la revista El Heraldo de la Raza, en la que consigna, a manera de preludio, su vocación y su convicción anti imperial: Nuestra revista se ha fundado para exigir la libertad absoluta de la República Dominicana, y para dar a conocer al público de México, la obra estupenda de Bolívar, libertador de Venezuela, Colombia, Ecuador y Perú y fundador de Bolivia, ratificador de la libertad continental. Si no es usted egoísta, si aún considera usted que el patriotismo es cosa noble y sin mudanza, compre usted este periódico, fuerte porque es libre y hermoso porque está basado en la invocación de Bolívar, el más generoso de los hombres y el más grande de los héroes.

[2] “Presentación” El Heraldo de la Raza; año 1, núm. 1, septiembre de 1921.

Juan José Arreola, al pintar un breve retrato de Pellicer, escribió: Sus amores de juventud, y de toda la vida, son ya Bolívar y los Andes, Morelos y el Valle de México, el Amazonas, Uxmal y el Tequendama. Hoy recordamos con fervor al poeta, museógrafo y maestro. Hoy, que los hechiceros de tribus y clanes de apóstatas reniegan del bolivarianismo, pervive su pasión por el Libertador; permanece incólume y a la vez rebelde su palabra sonora en su Tríptico azteca y la tristeza heroica de la conquista; nos queda el agua luminosa de sus versos de patria, cuando nos ofrenda sus Líneas por el Che Guevara:

Bolivia es Bolívar y el Sol es Bolívar.

Los Andes amontonan la soledad de la altura

y la aglomeración de la selva sesiona día y noche.

Ideas.

Acciones.

La selva está allá abajo con sus fábricas de vida

y en muy altos subterráneos se construye la muerte.

(…)

Su muerte viva nos llama a todos,

es la llama que anuncia el fuego nuevo,

es la participación necesaria y dichosa

para no morir de sueños.

En el misterio de la poesía, de la palabra andante y peregrina, por sobre tiempos y fronteras, Carlos Pellicer relumbra con su voz de terciopelo púrpura. Algún día se hará realidad su profecía:

Cuando los pueblos no padezcan hambre, el único heroísmo será el de los poetas.

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