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CC Los Pinos a 3 años de abrir sus puertas al pueblo: un espacio para el arte, la cultura y la lucha social

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El Complejo Cultural Los Pinos cumple hoy 3 años de abrir sus puertas al pueblo de México, una de las primeras acciones de gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador, quien decidió convertir la Residencia Oficial de Los Pinos, símbolo de la opulencia y la superficialidad de nuestros gobernantes, en un espacio cultural donde pueden entrar todas y todos. 

El CC Los Pinos ha sido sede de actividades inimaginables hasta hace tres años; albergó a las y los representales del movimiento estudiantil de 1968 y el “2 de octubre no se olvida” retumbó por las casas semivacías de los expresidentes de México, fue sede también del Premio Carlos Montemayor, y desde el salón Adolfo López Mateos se escucharon las consignas de las familias que buscan en fosas clandestinas a sus desaparecidos por la Guerra Sucia. 

“Este salón fue mandado a construir por Carlos Salinas para los XV años de su hija. Este lugar fue bastión del poder, símbolo y templo del neoliberalismo, que gracias a este gobierno hemos tomado y hemos derribado y poco a poco vamos a ir redignificando y resignificando, con la ayuda de todos ustedes”, dijo el director del CC Los Pinos, Homero Fernández en aquella ocasión. 

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Ahí, en las instalaciones donde antes se decidía la estrategia de seguridad en tiempos de Felipe Calderón, los y las principales afectados de aquella guerra contra el narco, -cientos de personas que perdieron a sus hijos e hijas, hermanas y hermanos y hoy los buscan en fosas clandestinas-, representados en colectivos de mujeres buscadoras, alzaron la voz con dignidad y al unísono siguen preguntando “¿dónde están?”, a la vez que montaron una exposición, en las entrañas de la inmensa casa que habitó Enrique Peña Nieto, con los rostros de las madres luchadoras que llevan años exigiendo reparación y justicia. 

El CC Los Pinos ha ofrecido conciertos, funciones de teatro, espacios de lectura y hasta pasarelas de moda con diseños textiles de las comunidades indígenas del país, como lo fue “Original”, un evento de 4 días en donde artesanos y artesanas tradicionales y no tradicionales encontraron un espacio para comerciar sus piezas originales, víctimas de plagio por casas de diseño hiperprestigiosas en el mundo, y que se vieron obligadas a recular, pedir disculpas y sentarse a negociar con los verdaderos creadores y creadoras de los diseños que robaron. 

Se inauguró también el “Cencalli: casa del maíz y la cultura alimentaria” en lo que antes era el Molino del Rey y a sus alrededores se montó un mercado de productores y artesanos mexicanos que comercian sus productos a precios justos y sin intermediarios. 

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Quizá falte mucho por hacer, o quizá no, pero está claro que el CC Los Pinos tiene un objetivo fijo: ser espacio para las diversas expresiones artísticas, culturales y de lucha social para el pueblo de México. Apropiárselo es una tarea de la gente, que poco a poco reconocerá y resignificará este espacio que por momentos sigue recordando a los años oscuros en que la opulencia, la simulación y el privilegio eran el símbolo principal de este lugar, ubicado en la 1era sección del Bosque de Chapultepec, y al que solo unos cuantos podían entrar. 

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