La tercera edición de la Muestra Internacional del Cine del Istmo (MIC Istmo) rinde homenaje a la cineasta comunitaria ikoots, Teófila Palafox, considerada pionera del cine comunitario en México.

La muestra comenzará el próximo 14 de octubre y concluirá el 5 de noviembre, que incluye la entrega de un premio especial al mejor documental, categoría en la que compiten 86 filmes de todo el país.

En conferencia de prensa, Raciel Rivas, uno los impulsores principales, explicó que para este año Alemania es el país invitado, por lo que se proyectarán los filmes más representativos de esta nación europea. Asimismo, se proyectará una serie de películas y documentales realizados por cineastas comunitarios.

Rivas detalló que la tercera edición de la MIC Istmo será posible, aún en el contexto de la pandemia, gracias a la colaboración de diversas instituciones gubernamentales y del sector empresarial privado nacional e internacional, así como a diversos artistas y gestores culturales entre ellos, representantes de la UNESCO en México.

En este espacio para la diversidad interculturalidad y expresión descentralizada del cine también se reconoce este año el trabajo de la actriz zapoteca, Claudia Santiago, quien recientemente protagonizó el filme ‘Guiexhuuba’, quien destacó que espacios como el MIC Istmo, dedicado al cine local, permiten observar y conocer historias que muestran las raíces de los pueblos sus personajes históricos y de tradición.

“Necesitamos privilegiar lo que hablan las mujeres de los pueblos indígenas, lo que se dice en las comunidades, esa es nuestra historia y este festival son nuestras raíces, nuestras alas”.

La Muestra Internacional del Cine del Istmo se podrá disfrutar a través de su página de Facebook https://www.facebook.com/LaMICIstmo  y sus redes sociales.

Teófila Palafox pionera del cine comunitario en México

Teófila Palafox es considerada pionera del cine comunitario en México, quien a través del séptimo arte y su arte ha logrado valorar a las mujeres de su natal San Mateo del Mar, en el estado de Oaxaca; tiene 65 años de edad y además de ser cineasta es artesana del telar de cintura, partera y en el pasado se desempeñó como profesora.

Junto con otras mujeres de su comunidad, Palafox realizó el documental “La vida de una familia ikoots”, con el que dieron voz a la mujer indígena del sur de México allá en los años ochentas.

“Hablar de la mujer, y llevar su voz al cine, es una lucha constante” afirma Teófila, quien desde su hogar platica como la mujer sigue padeciendo violencia, sin importar que su papel de vida es primordial dentro de una familia y sociedad.

Recordó que cuando se grabó el documental, la mujer no tenía derecho a votar ni tampoco a participar en la vida política, por lo que ella solamente se dedicaba a tejer telares, vender camarones y elaborar totopos.

Señaló que realizar un documental sobre mujeres y el proceso de llevarlo al cine representó una lucha constante; afirmó que a pesar del paso de tiempo, su lucha como mujeres y los cambios sociales, lamentablemente la violencia continúa en su región.

Esta problemática social hicieron salir a Teófila y otras artesanas de su comunidad, quienes se organizaron para vender sus trabajo artesanal en otros puntos; así llegaron a ferias y eventos culturales donde fueron invitadas por el Instituto Nacional Indigenista (INI), hoy Instituto Nacional para los Pueblos Indígenas (INPI) a rodar el documental que cuenta su historia.

Sin tener noción de lo que harían, aceptaron y fueron capacitadas mediante un taller de cine-documental de manera práctica y teórica. Cabe destacar que el storyboard del documental  lo hicieron en tela con sus telares, y fue así como a lo largo de una semana sus hilos de algodón y sus agujas de madera plasmaron su sentir a través de su imaginación, historia que más tarde filmaron.

“Nos dejaron plasmar lo que pensábamos, lo que sentíamos, y esa idea nos gustó, porque registrarla y documentar en el pueblo, con los vecinos y amigos, no fue nada fácil, nos veían raras cargando una cámara o todo un equipo que era desconocido”, relató.

El cortometraje resalta el valor a la mujer y sus voces como mujeres indígenas, a través de la lectura de una niña narran sus historia y su importancia como arte de su comunidad,

Teófila y las mujeres de San Mateo del Mar viven agradecidas por todo lo que ha representado esta experiencia, y que su lucha no descansa; en tanto que siguen con su trabajo artesanal, que también se ha visto afectado por la pandemia de COVID-19.