Cultura

Festival Avándaro celebrará su 50 aniversario en la Faro Cosmos de la CDMX

Los festejos se llevarán a cabo los días días 11 y 12 de septiembre, incluyen un concierto virtual, conversatorios y transmisiones con bandas y músicos participantes

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El Festival Avándaro cumple 50 años y para celebrarlo los organizadores y la Secretaría de Cultura de la Ciudad de México realizarán un concierto con diversas bandas así como conversatorios y transmisiones con bandas y músicos participantes; así lo dieron a conocer en conferencia de prensa. 

Esta fiesta dedicada al rock tendrá lugar los días 11 y 12 de septiembre en la Faro Cosmos de la Ciudad de México y que se podrá disfrutar a distancia a través de la página www.festivalavandaro.com 

Capital 21 y Código Radio se sumarán a las transmisiones del Festival Avándaro 2021, así lo anticipó Vannesa Bohórquez López, titular de la Secretaría de Cultura  de la CDMX. 

El Festival se divide en tres segmentos: los Conversatorios vía zoom; Señal Avándaro, que consiste en transmisiones especiales con las y los músicos, y el Concierto virtual desde la Faro Cosmos.

Participarán alrededor de 48 bandas nacionales, 8 agrupaciones internacionales y 45 músicos y personajes de la industria de la música, estarán presentes en los conversatorios.

Entre los artistas y grupos que participan en el concierto se encuentran Heavy Nopal, Jessy Bulbo, Riesgo de Contagio, Etel, La Matatena, La Tremenda Korte, Los de Abajo, Mackonde, Javier y Baby Bátiz, Entre Desiertos, así como los Dug Dugs, banda que pertenece a la alineación del festival original.

Al respecto Ricardo Macías, representante del comité organizador del Festival de Avándaro 2021, comentó que los conversatorios serán para reflexionar en torno al festival, cuya finalidad es la dignificación del rock mexicano.

Dijo que “este es uno de los grandes logros de estos 50 años de Avándaro” y su trascendencia, pues indicó que se han sumado otras generaciones, músicos y personajes incluso desde Estados Unidos y otras entidades de México.  

Añadió que originalmente habían contemplado realizar un concierto en grande de manera presencial, pero la situación por la pandemia de COVID-19 lo impidió. 

“Lo habíamos pensado muy en grande, pero la pandemia no lo permitió y se tuvo que apostar por un recital virtual”, comentó Ricardo Macías

La cantante Jessy Bulbo, afirmó que Avándaro fue uno de los momentos favoritos de la historia, y que se siente honrada de ser parte del cumpleaños 50 de este encuentro. 

“Poner mi nombre en ese festival… ¡Me arranco el pelo! Aparte de ser musicalmente un momento que amo, recuerdo que desde niña me inspiraba el deseo porque la gente pueda ser y experimentar”.

Fallo, de la banda Riesgo de Contagio, afirmó que para ellos “es un placer formar parte de este festival que celebra 50 años. También comentó que una historia personal lo une al festival. 

“Mi madre fue con 5 meses de embarazo allá, al festival, yo estaba ahí, a punto de… junto con mi papá y mi tío Luciano Luki, dice que le tuvieron que decir a mis abuelos que se iban a Acapulco porque pues era imposible decir: -Me voy al festival de rock-”.     

Por su parte, Exael Salcedo, de URSS Bajo el Árbol, aseveró que Avándaro fue música para el momento y que se quedó para la inmortalidad, además de trazar un camino para que las nuevas generaciones continuarán la creación del rock.

Los Dug Dugs, agrupación que formó parte del cartel original del Festival de Avándaro, estará presente en el 50 aniversario. Armando Nava, uno de sus integrantes, insistió en que en este aniversario es necesario “darle a la música la importancia que no tuvo en aquel tiempo”.

Anticipó que su presentación incluirá canciones que tocaron en Avándaro en 1971, por lo que se sienten contentos y emocionados.

A través de Zoom, desde Los Ángeles, Ricardo Ochoa, integrante del comité organizador del festival por el cincuenta aniversario y miembro fundador de Peace and Love y , dijo que “hablar de Avándaro es hablar con el corazón” porque vibra en él ese recuerdo.

“El hablar de Avándaro, 50 aniversario, es algo muy significativo que se ha venido pensando que hay que celebrarlo” con la idea de que “se sepa la verdad de Avándaro (…) para dignificar el rock mexicano, y especialmente dignificar a Avándaro, es hacer notar los valores de la armonía, de la fraternidad, de la música, la creación que teníamos en ese momento”.

Destacó que “se sigue manteniendo el mito de que el festival de Avándaro fue una reunión de desmadre, cuando en realidad fue una convivencia llena de paz, de amor, de armonía y de fraternidad”. 

Luis de Llano Macedo, productor del Festival de Avándaro de 1971, dijo que dicho acontecimiento no sólo fue uno de los más importantes de su vida, sino sobre todo para la historia de la música en México “que rompió barreras y que desafortunadamente fue castigado por una incomprensión masiva del momento y del régimen”.

Recordó que el país venía de vivir momentos difíciles tras la matanza de Tlatelolco en 1968, y que por ello “la juventud necesitaba un escape, y veníamos también de vivir el rock and roll, que era el más fresa del mundo (…) y cuando el rock empieza a perder su apellido y se vuelve el rock, cambia la historia completamente”, dijo.

Luis de Llano consideró que a la juventud le urge recuperar el rock en español tras vivir una pandemia; celebró que la Secretaría de Cultura cuente con espacios como la Faro Cosmos para darle espacio al rock y a la música en general. 

El rockero Alejandro Perales, manifestó que la música es un vínculo importante con el eterno fluir, por lo que llamó a que el Festival Avándaro 2021 sea un renacer en la tarea de dignificar el rock mexicano y que traiga un mundo y un México hacia el entendimiento y la salud humana y del planeta.

Editan libro del Festival Avándaro

A propósito del 50 aniversario del concierto de 1971, Luis de Llano editó y presentó el libro “Avándaro, cuando el rock mexicano perdió la inocencia”.  

“La tesis es que el rock no tuvo la culpa, ni Avándaro tampoco, el rock fue inocente y se declaró culpable y estuvo castigado 10 años, y de repente es momento de surgir hacia adelante”.

Explicó que es un libro que contiene muchas fotos, historias y las versiones que publicaron los medios sobre este suceso; detalló que se lo dedica a Armando Molina, quien ya falleció y fue un gran impulsor del festival.

Avándaro, un parteaguas en la historia contemporánea de México

Vannesa Bohórquez López, titular de la Secretaría de Cultura capitalina, se refirió a lo que significa el Festival de Avándaro a la distancia, reconociendo el contexto de la época en que se llevó a cabo. 

Recordó que los días 10 y 11 de septiembre de 1971 se registró el legendario Festival de Avándaro en Valle de Bravo, un acontecimiento que desencadenó consecuencias en la vida política y cultural de la vida de México, creando un parteaguas en la historia contemporánea del país y la música. 

La convocatoria original fue de solo 75 mil boletos, pero según los cálculos más conservadores acudieron más de 200 mil personas, lo que señala que en la juventud de la época “existían  unas ansias incontenibles de diversión, recreación y deseo por experimentar sensaciones nuevas”

Como era de imaginarse, la situación se salió de control por la asistencia masiva, y aunque el concierto contaba con la aprobación oficial se convirtió en un asunto de seguridad nacional. Al gobierno de Luis Echeverría le dio miedo que la situación escalara a un brote de violencia.  

Bohórquez López señaló que en aquella época los medios de comunicación se hicieron cargo de silenciar el trasfondo del Festival Avándaro y crearon una leyenda negra, cuando destacó la contracorriente y el movimiento juvenil a tres meses del Halconazo.

Explicó que al final, “el concierto de Avándaro se convirtió en la punta del iceberg de la llamada contracultura, representado por el movimiento de la onda, manifestación mexicana del movimiento hippie de carácter pacifista y libertario que estaba en boga en la década de los sesenta”.

Entre las consecuencias de Avándaro se encuentra el que los movimientos de izquierda tomaron nuevos derroteros, demostró que había un gran sector de la población que se resistía a aceptar el discurso demagógico como única relación entre gobernantes y gobernados. 

Una segunda consecuencia fue la persecución, la censura y la represión cultural que crecieron en la medida en la que exacerba la disidencia. Una tercera consecuencia es que la juventud fue reprimida al ser considerada inmadura e irracional y desenfrenada, y así se le estigmatizó por décadas.

Una adicional, y quizá la que pesó por más tiempo, fue que el Gobierno federal prohibió los conciertos masivos en espacios públicos, y no fue hasta la entrada del gobierno electo democráticamente, es decir, cuando se sumó la Jefatura de Gobierno de la Ciudad de México, el 5 de diciembre de 1997, que se abrió el Zócalo capitalino al público, pues se convirtió en el gran espacio de reunión y para los grandes conciertos.

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