Cultura

Jueves de Debate: ¿Quiénes vencieron, quiénes fueron vencidos en la llamada Conquista?

Especialistas analizaron la construcción artificial de la imagen de los vencidos y de la figura del indígena, así como del proceso de desindianización para borrar el pasado indígena

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Se llevó a cabo el tercer “Jueves de Debate” en el FARO Cosmos, como parte del programa de los 500 años de la Resistencia Indígena de México-Tenochtitlan organizado por el Gobierno de la Ciudad de México.

La mesa de análisis se centró en el tema: “¿Quiénes vencieron, quiénes fueron vencidos?”, bajo la moderación del historiador Federico Navarrete con la participación de Violeta Vázquez Rojas Maldonado, lingüista e investigadora en el Colegio de México; Carlos Arturo Hernández Dávila, etnólogo y antropólogo; y Marta Martín Gabaldón, historiadora y antropóloga.

Asistió Vannesa Bohórquez López, titular de la Secretaría de Cultura de la Ciudad de México, funcionaria que encabeza la organización de las mesas de análisis.

Los especialistas abordaron puntos como el proceso de sometimiento de los indígenas, su lucha por la defensa de las tierras, la construcción artificial de la imagen de los vencidos, la heterogeneidad de las comunidades indígenas y su extensión territorial a través de sus lenguas. Los ponentes también analizaron el concepto de mestizaje y el proceso de desindianización para borrar el pasado indígena.

La visión de los vencidos y todos sus matices

La maestra en historia Marta Martín Gabaldón inició el debate hablando de la importancia de hacer un análisis crítico de la visión de los vencidos y todos sus matices, planteó tres dicotomías que se han forjado a lo largo del tiempo y se han cristalizado hasta influir en el presente.

La primera dicotomía que expuso está relacionada con la idea de que los pueblos  indígenas fueron vencidos, misma que se forjó durante el siglo XIX y XX de la mano del nacionalismo.

“Fueron vencidos los indígenas contemporáneos, por así decirlo, mientras que se veía el pasado prehispánico como un elemento glorioso de la historia, que en el siglo XX cobraron mucho protagonismo pero han sido reclamos turísticos y de territorio”.

La segunda dicotomía o binarismo, es pensar que el contexto indígena en 1521 era totalmente homogéneo, cuando el análisis contemporáneo señala que no es así porque se debe recordar que la conquista se realizó con indígenas aliados, puntualizó. 

“Se ha ido poniendo sobre la mesa el protagonismo de ciertos indígenas en estos procesos de sometimientos de los pueblos (…) existían rivalidades y sometimientos. También hubo indígenas que fueron conquistadores que contribuyeron a la Conquista, literal”.

La tercera dicotomía planteada por Marta Martín indica que no todos los indígenas “vencidos” en este proceso histórico fueron iguales, pues señala que “hubo elites que luego obtuvieron el estatus de señores naturales, primero, posteriormente caciques que supieron conservar sus privilegios”.

“Tampoco podemos encajonar de manera tan gratuita y tan simplista del lados de los vencidos, porque supieron ejercer toda esta serie de privilegios, y muchos, lo vemos muy bien en el estado de Oaxaca, donde muchos cacicazgos sobrevivieron incluso al periodo de la Independencia y se extinguieron después. Estamos hablando de caciques indígenas que eran enormes terratenientes”, expuso.

Construcción artificial de la imagen los vencidos y la figura del indígena

El doctor y etnólogo Carlos Arturo Hernández Dávila resaltó que a lo largo del tiempo se trabajó en la construcción artificial de la imagen los vencidos de la llamada Conquista, y con ello se inventaron a los vencidos como a los vencedores, historias que se ve plasmadas en murales e iconografías conocidas, como el mural “La fusión de dos culturas” del artista mexicano Jorge González Camarena; afirma no se sostienen porque los grupos indígenas de algún modo conservaron su independencia, misma que mantiene las comunidades indígenas actuales.

“Siguen teniendo referencias muy interesantes que sin embargo no se sostienen en una buena parte de la experiencia de la memoria ritual, hoy en los pueblos indígenas”.

En este mismo sentido citó el libro “México Profundo”, escrito por el antropólogo Guillermo Bonfil Batalla, fallecido hace 30 años, que habla de la invención de la imagen del indígena folclórico.

“Con el indígena del turismo, del huipil, de la artesanía, el indito o la indita de la india María (…) con este asunto que es una mezcla de desprecio y de conmiseración. Pobres indios. Y el asunto está en que hoy contamos con voces poderosas como Yásnaya Aguilar, escribiendo desde la zona mixe donde ella tiene su pueblo, donde ejerce cargos comunitarios, una excelente lingüista, repensando de qué hablamos cuando hablamos de victoria o de derrota”.   

Diversidad lingüística indígena y la extensión de las comunidades ancestrales

La doctora y lingüista Violeta Vázquez Rojas Maldonado expuso que la heterogeneidad que existe de las comunidades indígenas de México se puede ver a través de sus lenguas y su extensión territorial, mismas que aportan una idea de cómo han sido los movimientos poblaciones.

“Las lenguas que conforman esta extensión territorial, que como dije es cinco veces más pequeña que la de Europa (en donde existen cerca de 200 lenguas que derivan de una familia) las lenguas que se hablan aquí se agrupan en 11 familias que tienen la profundidad temporal  del indo europeo”. 

“La diversidad lingüística de México te habla de las relaciones que hay entre las lenguas, de cómo se fue poblando y de una densidad, de cómo están relacionadas unas con otras”, abundó. 

Destacó que en México sólo hay 4 lenguas que están aisladas y no se sabe de dónde provienen con exactitud y cuáles son sus lenguas parientes, una de ellas es la purépecha, que durante la Colonia se mantuvo como una lengua de poder. 

Explicó que cuando los españoles llegaron a México se enfrentaron al patrón con esta diversidad de lenguas, que si bien no tenían un vínculo genético entre ellas, sí una relación cultural entre las comunidades, diversidad que se mantiene hasta ahora.  

También se refirió a la disminución de lenguas, así como del número de hablantes, que pasó de ser toda la población del territorio nacional a solamente 6% que se registra hoy; un fenómeno que ha venido ocurriendo a partir de la instauración del Estado mexicano moderno. No obstante, señaló que se mantiene la diversidad de lenguas y que éstas no mueren sino que cambian.

“Algo que tenemos que quitarnos de la cabeza es que las lenguas no mueren, las lenguas cambian. Si mueren es porque las matan, matan las políticas lingüísticas, entonces creo que en la diversidad lingüística que hay en la actualidad, el hecho de que se hayan mantenido todos estas lenguas con estas estructuras de diversidad de familias (…) es porque la diversidad también se mantuvo”.    

Al respecto, del historiador Federico Navarrete puntualizó que en 1821, época de la consumación de la Independencia de México, más del 75% de la población del país hablaba lengua indígena y sólo la cuarta parte hablaba español, y que el cambio de porcentajes de hablantes sucedió durantes los últimos dos siglos.   

El proceso de desindianización para borrar el pasado indígena / La defensa de la tierra

Los ponentes también analizaron el concepto de mestizaje y el proceso de desindianización para borrar el pasado indígena, como resultado de políticas educativas del estado, implementadas a lo largo de los años.

Marta Martín Gabaldón apuntó que para entender este tema hay que hablar del concepto de lo que es ser indígena, el cual nace en el siglo XIV como oposición a lo español, pero también hay que hablar de la privatización de tierras de indígenas, un embate al que se han resistido las comunidades originarias hasta la actualidad.

Al hablar del Códice Techialoyan del Estado de México, el doctor Carlos Arturo Hernández Dávila dio cuenta de los debates por las tierras que aún ocurren, algunos sustentados en documentos coloniales.

“Se anclan no solamente en documentos, también rituales, también en el santo patrón, también en documentos de este tipo que dan cuenta de la alianza de estas élites (…)”.  

Refirió que en Noticonquista (sitio web del Instituto de Investigaciones Históricas de la UNAM) se documenta que regiones enteras de Oaxaca fueron tomadas por españoles sin la presencia de los mismos españoles.

Habló también de la moralización de las figura del indígena como alguien malo y el español como alguien bueno.

Desigualdades sociales propicia el reemplazo lingüístico; con gobiernos neoliberales creció

La doctora y lingüista Violeta Vázquez Rojas Maldonado, coincidió en que definir qué es un indígena es algo complejo, pero dijo que como se conoce hoy es a partir de una categoría política y no necesariamente a una categoría de pertenencia étnica.

“Ciertamente el estado mexicano ha identificado al indígena como el que habla una lengua indígena, así es como te cuentan en el INEGI (Instituto Nacional de Estadística y Geografía), y esas son las referencias que tenemos”.

Sobre la defensa de la tierra explicó que los casos más emblemáticos están ligados a la resistencia lingüística. Señaló que una peculiaridad de las comunidades indígenas de México es que nunca se resisten a hablar español.

En este sentido, expuso que la desindianización comienza por el reemplazo lingüístico, es decir, reemplazar la lengua  por el español, algo que siempre va atado a ciertas justificaciones.

“Generalmente se justifica con cosas como: bueno es que esas lenguas no sirven para expresar estos conceptos elaboradísimos, siempre hay una justificación, por lo general falsa, para el reemplazo lingüístico, y la verdad es que ninguna de estas lenguas es ni menos meritoria, ni menos compleja, ni le faltan cosas que decir. Todas las lenguas son igualmente complejas, son igualmente expresivas”.

Destacó que una de las razones que ha propiciado el reemplazo lingüístico son las desigualdades sociales que surgen cuando dos comunidades entran en contacto, por ejemplo aludiendo que su diferencia de lenguas no funciona para relacionarse.

Puso como ejemplo el fenómeno ocurrido en la década de los 80, cuando los censos poblacionales registraron que más personas hablaban una lengua indígena, por diversas razones, pero que durante los gobiernos neoliberales ese fenómeno se revirtió.

“En esa década del 80 al 90 hubo un repunte de hablantes de la lengua indígena, que todavía no se puede explicar, algunos dicen que simplemente cambiaron sus condiciones materiales de vida y a lo mejor tuvieron más hijos, lo importante es que transmitieron su lengua y la gente afirmaba en esos censos que hablaban una lengua. Después con los gobiernos neoliberales se perdió porque ahora lo bueno es hablar el inglés, entonces otra vez empezó este mito de desigualdad de lenguas, donde unas son más buenas que otras y eso es lo que ayuda al reemplazo lingüístico y a la sustitución de lenguas”, expuso. 

La serie “Jueves de Debate” es una producción de Capital 21 y la Secretaría de Cultura Ciudad de México que iniciaron el pasado 15 de julio y continuarán hasta el 12 de agosto próximo.Participan expertas y expertos en los temas relacionados con los 500 años de la Resistencia Indígena de México-Tenochtitlan

Se transmiten en Capital 21 a través de su señal en televisión, redes sociales y su página web, y por las redes sociales de la Secretaría de Cultura de la CDMX, Canal 11 y Canal 14.

La programación de los cinco “Jueves de Debate” es la siguiente: 

– 15 de julio. Malintzin y las mujeres indígenas (Revívelo en el canal de YouTube de Capital 21: https://youtu.be/dHcPwH76Y6w).

– 22 de julio. La guerra por México-Tenochtitlán y sus participantes (Revívelo en el canal de YouTube de Capital 21: https://youtu.be/y7jb8Um3AvI).

– 29 de julio. ¿Quiénes vencieron, quiénes fueron vencidos?

– 5 de agosto. Pensar la guerra de 1521 ¿más allá de la conquista?

– 12 de agosto. Pueblos originarios de Anáhuac. El valor de la palabra y sus derechos en la Constitución de la Ciudad.

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