El Espejo de Eugenia

El espejo de Eugenia: Adelina Zendejas

Adelina proclamó su adhesión a la Revolución cubana, su decidido apoyo a los levantamientos guerrilleros en Centroamérica, condenó las dictaduras fascistas del Cono Sur, y profundizó en su cruzada por el empoderamiento de la mujer en la vida política

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Adelina, nació en Toluca de Lerdo el 16 de diciembre de 1909, hija de Manuel Zendejas y Carmen Gómez.

El padre, reconocido más tarde como uno de los precursores de la nacionalización de la industria ferrocarrilera, sancionada en 1937 por el general Lázaro Cárdenas del Río, murió joven, dejando en la orfandad a sus hijas e hijos: Adelina, María de los Santos, Gloria y Juan Francisco. La madre, Carmen Gómez Romero, de profundas convicciones religiosas, trataba de ocultar las carencias económicas de la familia, pero, la vivacidad e inteligencia de la hija fueron más allá de las sospechas, de ahí que, apenas cumplidos los catorce años se dio el tiempo para cumplir labores que ayudaban en algo a paliar la crisis. Trabajó como ayudante de costura, enfermera, lavaplatos, auxiliar de cocina y a enseñar a niños a leer y escribir, pero, sobre todo, a no perder la imaginación.

A sus diecinueve años se trasladó a la Ciudad de México para seguir la carrera de Filosofía y Letras en la Universidad Nacional. Contaba que ese periodo de carencias y pobreza jamás la amargó y que, por el contrario, lo recordaba como una etapa de deslumbramiento y felicidad. La potranca, le decían, por sus trenzas, su desbocamiento, su vehemencia, su afiliación en 1937 al partido comunista y, no podía faltar, por su profunda amistad con una transgresora de oficio, Frida Kahlo.

Adelina nos ofrece testimonios que nos permiten acercarnos, a través de sus confesiones, a temas que van desde la tierna relación con su madre hasta su decisión de no optar por la maternidad:

Fui muy afortunada: conocí a hombres extraordinarios que me guiaron y creyeron en mí; crecía junto a mi madre con quien tengo tan estrecha relación que he llegado a pensar: el día que me falte quizá mi lucha ya no tendrá sentido (…) es que yo no quería casarme joven, como mi madre… Mis parientes me veían con lástima, como una solterona, porque todas eran esposas y madres muy jóvenes… Yo sabía lo que es el amor, y también aprendí que la pasión puede ser solamente eso… [1]

Descubrió el periodismo como trinchera para formar generaciones y resaltar valores éticos y morales, en columnas tan distantes y distintas a quienes hicieron y hacen de esa profesión un vehículo para la extorsión, el adulo, la falacia o el acomodo político y social. Adelina escribía desde el corazón, para descubrir anhelos y necesidades de los desheredados, con especial énfasis en los derechos de la mujer, postergados u ocultos por una hegemonía masculina que disfrazaba su desprecio con una desabrida tolerancia.

A través de su columna en el diario El Día: Ellas y la vida, la periodista abordó una temática amplia que recogía las experiencias de la docente, la viajera, la internacionalista, la compañera de andanzas de hombres y mujeres libres.

Uno de los personajes que marcaron las décadas del veinte y treinta del siglo pasado fue la fotógrafa y militante comunista Tina Modotti, quien escandalizaba y conmovía a una sociedad conservadora y acomplejada con su falsa aristocracia, o a una izquierda marcada por su incapacidad para entender a mujeres cuya vida les parecía sórdida, promiscua o alocada. Perseguida y estigmatizada por una presunta complicidad en el asesinato de su compañero, el cubano Julio Antonio Mella,  Tina encontró abrigo en Adelina:

En 1940 vivió en la casa de la periodista mexicana Adelina Zendejas quien testimonió que ella llegó enferma de España y que le expresó: Este barrio lo conozco muy bien, ha cambiado pero tiene los mismos comercios. Me duele volver aquí, sin embargo me agrada porque a veces pienso que me voy a encontrar con Mella. He tratado a muchos dirigentes comunistas, y jamás encontré a ninguno con la profundidad de Julio Antonio. [2]

Adelina proclamó su adhesión a la Revolución cubana, su decidido apoyo a los levantamientos guerrilleros en Centroamérica, condenó las dictaduras fascistas del Cono Sur, y profundizó en su cruzada por el empoderamiento de la mujer en la vida política, la demanda de equidad salarial, la protección a las madres solteras, la necesidad de la instalación de centros donde se proteja a la mujer de la violencia sistemática.  Sus columnas abarcaron una gama de exigencias, entre ellas, el respeto a los pensionados y su remuneración jubilar, los derechos de la infancia, de las etnias y comunidades originarias que habían sufrido la usurpación de sus tierras y los crímenes de caciques y soldados.

Siempre proclamó que la lucha por los derechos no comprendía exclusivamente a la mujer, sino a todos los explotados, por ello se enfrentó a algunas de las mujeres que izaban su sesgada reivindicación. Una crítica mordaz al I Congreso de Mujeres, celebrado en Yucatán en 1916, muestra de cuerpo entero a la Adelina refractaria al clasismo:

Un fiasco porque participaron mujeres que no estaban ligadas a las obreras y campesinas. (Fue) un congreso de la pequeña burguesía, donde (hicieron) a un lado todo lo que significaba el avance revolucionario, extraordinario, de Salvador Alvarado un revolucionario. Se perdieron en divagaciones y en versos … y hasta pleitos entre ellas. Lo más avanzado (fue) la legislación, pero (fue) un intento frustrado.[3]

Adelina Zendejas falleció el 4 de marzo de 1993 a los 84 años de edad, en la ciudad de México. Con su puño y letra escribió lo que deseaba que se cincele en su lápida:

Luchadora incansable por los derechos de la mujer y del niño. Mujer revolucionaria y convicta del materialismo dialéctico.


[1] Josefina Hernández Téllez; Revista Mexicana número 197; Universidad Nacional Autónoma de México; México, D. F. Disponible en: www.scielo.org.mx/pdf/rmcps/v48n197/0185-1918-rmcps-48-197-117.p

[2] Adys Cupull Reyes-Froilán González; El desafiante poema de Neruda; Disponible en: http://www.archivocubano.org/tina_neruda.html

[3] Josefina Hernández Téllez; Adelina Zendejas Gómez, crisol periodístico con tintes feministas, comunistas y docentes del siglo XX. El periodismo y su vida …; Disponible en: http://zaloamati.azc.uam.mx/handle/11191/2127

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